Aún se
encuentra en cartelera Mátalos
Suavemente, o Killing Them Softly
(2012) su título en inglés. La película nos relata los preparativos que
hace un sicario profesional para asesinar a otros dos individuos que han robado
una sala de juegos. Durante toda la cinta veremos a todo tipo de criminales
desfilar por la pantalla. Todos ellos usando de fondo social la elección
presidencial estadounidense del 2008, con promesas electorales que buscan
mejorar la economía y seguridad del país del tío Sam.
Frankie
y Russell son dos delincuentes que son contratados para robar una sala de
juegos clandestina. Sin un gran plan y con la intención de echarle la
responsabilidad del atraco al mismo dueño del salón, el asalto se realiza con
éxito. Sin embargo, en el mundo del hampa nadie se puede salir con la suya tan
fácilmente. Las vendettas son un mandamiento que debe ser cumplido. En ese
momento el protagonista de la historia hace su aparición. Brad Pitt interpreta
a Jackie, un asesino a sueldo que debe vengar el acto. Su misión es matar a los
ladrones y a quien ideó el plan. Trabajo además para el cual se pone en
contacto con otro sicario que lo ayudará a cometer el crimen.
En
apariencia, esta podría pasar como una cinta de gánsteres más dentro de las
muchas que se han visto en la historia. Pero Killing Them Softly es un relato desolado de un mundo que al igual
que la economía gringa, está a punto de caer en una crisis de la cual será muy
difícil poder salir. Los personajes que vemos en el filme están alejados de ser
los italianos apasionados de Goodfellas
(1990) o los irlandeses atormentados de The Departed (2006). Estos gánster son más bien figuras
deterioradas, que trabajan simplemente por dinero o por drogas. Si quisiéramos
usar un paralelo, podríamos decir que Killing
Them Softly es un spaghetti gánster, es decir que muestra que los mejores
tiempo del mundo de Al Capone ya son parte de la historia.
Jackie,
el papel de Brad Pitt, busca realizar el trabajo aportando ese elemento de
romanticismo de los viejos tiempos, es un hombre que aún cree en códigos, que
tiene una moral dentro del ejercicio de sus crímenes, que entiende el sentido
necesario de la fechoría. Pero Jackie es una isla dentro del grupo de personas
que lo rodean. Por ejemplo, Mickey que es actuado por James Gandolfini, es un
hombre que ha sucumbido ante el alcohol y el abandono, que ha perdido el
sentido de la vida y cuyo mundo se ha visto totalmente oscurecido. Es una
figura de museo, un ídolo caído. Mientras que los ladrones Frankie Y Russell
son dos individuos sin ética conocida, con poca inteligencia para la
estrategia, que apuestan por el robo espontáneo, adictos a la droga y fácil de
ser ubicados.
En esta película,
las negociaciones de la mafia ya no se hacen en bares entre hombres elegantes,
sino en la discreción de un carro común, sin lunas polarizadas, entre un
asesino y una persona que podría ser el funcionario de cualquier banco.
El
director de Killing Them Softly es
Andrew Dominik, de quien ya habíamos visto antes la notable The Assassination of Jesse James by the
Coward Robert Ford (2007), que también protagonizaría Brad Pitt. Como en
esa cinta, Dominik busca desmitificar un género de películas y lo logra con el
éxito de un hombre que sabe hacer cine. En ambas películas, vemos tomas largas
de conversaciones íntimas entre los personajes, Dominik desnuda a los hombres
de sus cintas a través de los diálogos.
En cada
cuadro de la cinta se puede sentir cierta desesperanza por la evocación de
tiempos gloriosos. Jackie como Jesse James, son dos antihéroes que están a
punto de desaparecer para dar paso a tipos que no les llegaran ni a los
talones, en un mundo donde Vito Corleone es una figura de museo.
Otro
gran acierto de la cinta es el manejo de las escenas de violencia. Cada una es
distinta a la anterior, sobretodo una de ellas es manejada casi poéticamente,
como pocas veces se puede ver en películas recientes. Con un ritmo en cámara
lenta, que permite entender cada detalle de lo que estamos viendo. Estos
momentos siempre están pintados con ese tono vetusto, de colores grises y
verdes oscuros. Los personajes se mueven entre oscuridades, mientras que la
música que los acompaña son viejas canciones populares que mezclan el rock
prehistórico con la música country y el jazz.
Hay que
ver Killing Them Softly, es una película
muy distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en nuestras salas. Totalmente
recomendable.