martes, 31 de enero de 2012

El poder según George Clooney

Traición y Poder es el título en nuestras salas para la última película de George Clooney, The Ides of March (2011). En la cinta, el mismo Clooney interpreta a un gobernador que aspira a ser el candidato demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El candidato cuenta con dos asesores que dirigen su campaña, Philip Seymour Hoffman y Ryan Gosling interpretan a estos dos hombres que son quienes controlan la imagen del candidato tras bambalinas. Pero la película gira en torno al personaje de Gosling, que es el segundo asesor del gobernador, un hombre que aparece como el político idealista, aquel que cree en cada palabra de su candidato, que respira política y trabaja no buscando la gloria, sino porque cree en las promesas de un mejor país.
La primera mitad de la película, Clooney nos muestra ese entorno de entrevistas, encuestas, presentaciones en público, negociaciones con otros políticos y momentos de tensión que se viven en toda campaña. Pero la trama cambia cuando los valores del idealista Gosling se ven confrontados tanto por su actuar, como por el actuar de quienes lo rodean.
En ese momento aparece la vena crítica que Clooney le trata de imprimir a la cinta, mostrando que en la política no existe espacio para la lealtad sino para los intereses propios. Y como el miedo al escándalo puede ser determinante para capturar poder sobre otra persona.
El resultado es una película que deja ese sinsabor que la política está podrida y que se trata de un círculo vicioso donde lo único que cambian son los personajes.
El director Clooney busca entonces llamar la atención de los norteamericanos en un periodo donde se están viviendo las elecciones primarias en la actualidad. Pero sobretodo es el grito de protesta de Clooney a su partido, el Partido Demócrata. La relación entre el candidato y su practicante hacen alusión al escándalo Clinton, mientras que el mensaje de esperanza que muestra Morris nos recuerda a la campaña de Obama en el 2008.
Clooney entonces busca en el drama, lo que Warren Beatty buscó hacer con la comedia en Bullworth (1999). En muchos aspectos George Clooney es el Warren Beatty del Hollywood actual, aquel que se siente igual de cómodo en los Oscars como en la Casa Blanca.
Pero a diferencia de la cinta de Beatty, donde el mensaje se presenta de manera ligera, en la cinta de Clooney se respira demasiado pesimismo. Los mejores momentos de la película son aquellos donde se muestra la vida de la campaña, los momentos de toma de decisiones, la emoción de estar trabajando por un fin superior. De igual modo, cuando se presenta la ambivalencia moral del candidato a través del personaje de Gosling. Pero en su último tercio, la cinta manipula demasiado el tema de la decepción, de la pérdida de valores, perdiendo ritmo y tornándose demasiado previsible.
A diferencia de la última cinta de Clooney, Good Night and Good Luck (2005), la narración abre demasiadas puertas que deja abiertas, como el papel de la esposa del candidato, los intereses del Senador estratégico, la relación con la periodista influyente, etc. Eso contribuye a que la película no logre un resultado más logrado. Sin lugar a dudas, lo mejor de la película no termina siendo la historia misma sino las buenas actuaciones de Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti, excelentes en sus papeles de jefes de campaña.
La traducción del título de la cinta en inglés al español seria Los Idus de Marzo, haciendo alusión a los días de buenos augurios del calendario romano. Para George Clooney, aparentemente, en los tiempos actuales no hay espacio para esos buenos augurios.

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