Tenemos en nuestra cartelera una de
las películas más anticipadas del año, se trata de Rush (2013), la historia de los pilotos de Fórmula 1, James Hunt y Niki
Lauda. Rush, está dirigida por Ron Howard,
uno de los directores más populares en Hollywood.
La popularidad de Ron Howard reside
en el hecho que se trata de una figura que prácticamente ha vivido toda su vida
en el mundo del entretenimiento. Primero como actor infantil en la televisión y
el cine, luego como actor juvenil de ambas pantallas y finalmente como director
de cine. Los mejores trabajos de Howard muestran su interés por hechos históricos
o personas de la vida real. En Apollo 13
(1995), Howard relata el trágico retorno de una misión espacial en 1970, en
A Beautiful Mind (2001) el director
hace un biopic sobre el ganador del Premio Nobel John Nash, mientras que en Frost/Nixon (2008) nos muestra los
preparativos de las famosas entrevistas al ex presidente norteamericano.
Apollo 13 y A Beautiful Mind son películas con un estilo similar, en las cuales
el director se compromete con lo heroico o importante de sus personajes,
construyendo películas bien elaboradas, atractivas a todos los gustos, de
aquellas que están hechas para ganar premios. El estilo de Howard en Rush, es más parecido al que el
director le dio a Frost/Nixon, es
decir el retrato de la confrontación entre dos personalidades importantes, opuestas
pero complementarias.
Al parecer a Howard le interesa
mostrar los contrastes que muestran dos tipos de personas exitosas. Niki Lauda es
como Richard Nixon, un hombre brillante, con una inteligencia aguda para su
oficio, que vive bajo la rigurosidad de un monje y que entiende el éxito como
el premio al rechazo sufrido en la juventud. Son la cara del triunfo que
esconde un pasado marcado por el rencor.
Por su parte, James Hunt es como David
Frost, es más celebridad que profesional, siente pasión por lo que hace pero
vive de la buena voluntad del destino, tiene la noción que el trabajo sirve
para vivir la vida y no al revés.
Tanto Lauda como Hunt, son buenos en
lo que hacen, dominan las maquinas que manejan y entienden el sentido de la
pista. Sus personalidades son opuestas y eso hace que se respeten, obviamente
antes tienen que demostrar que no hay más que rivalidad entre ellos.
Rush es una película bien hecha, que muestra
de manera perfecta el mundo donde ocurren sus hechos, toda la parte artística del
film aporta a darle realismo a la historia. La fotografía es cuidadosa en
mostrarse elegante, fiel a las imágenes de la época, no existe exageración sino
un rigor casi documental.
La acción de las carreras es filmada
de tal modo que solo vemos lo relevante de las mismas, funcionan como el
complemento de una historia mayor de trasfondo. Uno podría esperar una cinta de
acción pero en verdad Howard quiere hacer un drama de época moderno. Es en ese
punto donde la película tiene uno de sus puntos débiles, en la presentación de
sus personajes. Es evidente que el director quiso presentar un estudio de
personalidades, cosa que consigue con Niki Lauda interpretado muy bien por Daniel
Bruhl. Pero su rol principal, el de James Hunt nunca logra dibujarse del todo,
no solo porque la actuación de Chris Hemsworth es mediocre sino porque en
general el guion nunca va más allá de las fiestas y los excesos.
El otro gran desacierto del film se
ve hacia el final del mismo, donde Howard una vez más busca la redención de sus
personajes. Pero es una redención que más parece justificación. La objetividad
lograda a lo largo del film se pierde en el deseo de mostrar el buen corazón de
ambos hombres.
A pesar de eso, Rush es una película interesante, que lograr mantener la atención durante
toda su narración, por momentos puede resultar cruda y por otros cae en el
simplismo. Para los aficionados al automovilismo es una película de vista
obligatoria y para aquellos que quieren ver cine de calidad y entretenido, también.
Calificación: 3.5 de 5
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