Uno de los géneros favoritos de este
blog es el biopic. Es decir esas películas que se concentran en una etapa o en toda
la vida de un personaje importante en la historia. Es por eso que las
expectativas sobre Jobs (2013) eran
altas. La figura de Steve Jobs es una de las más impactantes en la cultura de
las últimas tres décadas, su revolución tecnológica ha cambiado el mundo en
muchos aspectos y lo colocan como un hombre fundamental de la modernidad.
Su temprana muerte hizo que la atención
sobre su persona incrementara aún más. En Jobs,
vemos el ascenso de un excéntrico estudiante hacia un exitoso visionario, el
film busca mostrar además los fantasmas y rasgos menos humanos que tenía el
genio de la Apple.
Sin embargo, Jobs es una cinta fallida, que no logra cumplir con la ambición de
su planteamiento. A lo largo de sus casi dos horas de duración, nunca existe un
estudio de la personalidad de Steve Jobs sino simplemente pincelazos sobre
aspectos superficiales. El engranaje entre historia y personaje nunca logra
concretarse.
Por momentos, la edición de la película
es confusa y tan rápida que hace pensar que estamos viendo un comercial o un
corto publicitario. Y es que, a pesar de entrar en algunos detalles, la
historia nunca logra envolver del todo a la audiencia. Esto ocurre porque el
guion es bastante lineal y en algunos momentos demasiado sencillo. La dirección
se ve limitada entonces a un film con una narración casi televisiva.
Otro elemento que no contribuye en Jobs es ciertamente la mediocre actuación
de Ashton Kutcher. El actor de la comedia Two
and a Half Men, busca ser tomado en serio asumiendo los jeans y las
zapatillas de Steve Jobs; para eso asume gestos y algunas manías que más
parecen la exageración de las suyas propias. Kutcher no puede despojarse de su
propia imagen para presentar a Jobs y nunca vemos un personaje consolidado en
la pantalla.
Jobs tiene algunos momentos que son buenos, sobre
todo aquellos que buscan mostrar el trabajo del equipo inicial de la Apple, en
ellos se rescata la identidad de estos hombres que buscaban romper moldes desde
un simple garaje. El ascenso de estos nerds hasta la consolidación de un mini
imperio, están filmadas de manera dinámica y con una dirección de arte que
resaltan la ambición de estos inadaptados rebeldes. Desgraciadamente, esa emoción
nostálgica se pierde en lo que sigue de la película y vemos un intento de
presentar a un hombre atrapado por su propia creación, como el Howard Hughes de
The Aviator (2004) pero sin el genio
de Martin Scorsese.
A pesar de todo, Jobs es una película que se deja ver sin aportar nada más. Quizás Steve
Jobs hubiera querido que su vida sea presentada de mejor manera y con el
esfuerzo que él supo transmitirle a todo lo que hacía.
2.5 de 5
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