jueves, 22 de agosto de 2013

Como si Fueran Niños 2



Adam Sandler debe ser una de las figuras más exitosas del cine reciente. Se trata de un comediante que despierta el odio de la crítica más aguda pero que sin embargo logra atraer grandes masas a las salas de cine. Sandler saltó a la fama luego de destacarse dentro del reparto de Saturday Night Live, ese viejo nido de comediantes en Nueva York.

La primera película de Sandler fue Billy Madison (1995) donde el cómico ya mostraba los elementos que seguirían sus siguientes trabajos. Se trataba de un humor adulto, con matices políticamente incorrectos que buscan romper con las imágenes de los estereotipos del sueño americano. Es además un humorista que busca dirigirse y hablar de una clase trabajadora en oposición a una clase dominante. El propio lenguaje que usa Sandler es el de un cómico de la calle, que explota humorísticamente la vulgaridad popular adquirida culturalmente por la televisión y otros medios de comunicación.

Pero Adam Sandler es también un actor que en ocasiones busca evolucionar como intérprete y apuesta por proyectos interesantes, dentro de los cuales destacan Punch Drunk Love (2002) de Paul Thomas Anderson, Funny People (2009) de Judd Apatow y en cierta manera 50 First Dates (2004) con Drew Barrymore. Sin embargo, la mayoría de cintas protagonizadas por Sandler retoman la fórmula original de lo aberrante.

Click (2006), You don’t Mess with the Zohan (2008), Jack and Jill (2011) y That’s my Boy (2012) son en simples palabras trabajos de mal gusto que pueden conseguir una risa en algún momento pero que en general convierten a la comedia en algo grotesco.

Grown Ups 2 (2013), título original de Como si Fueran Niños 2,  es la primera secuela en la que participa Sandler y su compañía de actores. La cinta busca repetir el éxito de Grown Ups (2010) la cual mezclaba tanto el humor picante con la comedia familiar. En ambos trabajos Sandler busca atraer todo tipo de audiencia, de todas las edades y todos los gustos.

Y ese es el problema con Grown Ups 2, que busca ser muchas cosas a la vez y no consigue un resultado compacto. La fórmula de mezclar el humor masculino más descarado con cierta moraleja familiar resulta por momentos, agotadora y saturante. Es cierto que por instantes la historia consigue risas e incluso carcajadas, pero pareciera que estamos ante un film que nos tiene que hacer cosquillas para reírnos en ocasiones.

Grown Ups 2 no llega a caer en el exceso de otras cintas de Sandler ya mencionadas pero tampoco se diferencia de lo destacable del trabajo del actor. Es cierto que volvemos a ver al equipo que siempre trabaja para la productora Happy Madison, de la cual Sandler es dueño y muchos de los rostros nos resultan familiares, pero eso no es suficiente para mantener la película.

La nostalgia que era el elemento esencial en la antecesora, es dejada de lado por el abuso de gags y una historia con muy poco sentido hacia el final. Seguramente el éxito en la taquilla está asegurado dado que muchos buscan justamente entretenimiento y reírse sin necesidad de mayor argumento.

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