miércoles, 7 de agosto de 2013

Cuatro Notas de Amor



Está pasando casi desapercibida por nuestras salas Cuatro Notas de Amor o Quartet (2012), su título original en inglés. Esta cita cuenta con las actuaciones de destacados veteranos actores ingleses y es el debut fílmico como director de Dustin Hoffman.

La trama de Quartet (2012) se concentra en una casa de retiro para músicos en Inglaterra. En este pequeño sitio de tranquilidad, se encuentran como huéspedes, cantantes e intérpretes, que alejados de sus familias, pasan los días de su ancianidad con los miembros de su comunidad artística.

Durante los primeros momentos de la cinta, vemos como estas antiguas glorias de la música lírica y teatral se dedican a revivir sus mejores momentos con ensayos y prácticas que los mantienen activos. Todos concentrados en una noche de gala donde, al menos por unos instantes, pueden volver a sentir la juventud y vitalidad que otorgan los aplausos del público.

Quartet sustenta su fortaleza en el trabajo de sus actores. Es por eso que el director se toma su tiempo en delinear bien los perfiles de sus protagonistas. El acierto de la película, es justamente esa naturalidad para presentar a los cuatro personajes en cuyo alrededor girará el film.

Dustin Hoffman es probablemente uno de los actores más importantes de la historia del cine. Con siete nominaciones al Oscar y 2 Premios de la Academia, Hoffman es una de esas personas que entiende el cine como una forma de arte. Es conocido el profundo respeto que el pequeño Dustin siente por sus pares actores, pero este respeto nunca ha quedado más evidente que en el manejo de sus actores en esta cinta.

La experiencia de haber sido dirigido por grandes como Mike Nichols o Sidney Pollack (ambos grandes directores de actores) hace, que como director, Hoffman les permita a sus intérpretes darle identidad propia a sus papeles. El resultado es la familiaridad que la audiencia siente con las personas que está viendo en pantalla.

Quartet es una cinta que no tiene un relato complicado ni espectacular. Es por el contrario, un film que apuesta por la sencillez, que presenta al mundo artístico no detrás del telón del teatro sino detrás del telón de la vida. Sentimos empatía por la vejez que se nos presenta, sentimos emoción cuando la juventud del arte se apodera de las arrugas de estos carismáticos ancianos.

Notable el trabajo de los actores, sobretodo de Tom Courtenay y de Maggie Smith. Ambas figuras imponentes del cine y teatro inglés que interpretan a una pareja de ex esposos que se reencuentra para tener el último chispazo de vida que les queda. Maggie Smith demuestra que a sus casi 80 años sigue siendo uno de los rostros más bellos y más talentosos que ha tenido el cine de todos los tiempos.

Las melodías clásicas de Mozart, Verdi y otros acompañan casi en todo momento el desempeño de los actores. Son la orquesta perfecta para esta pieza que busca celebrar la vida. Un detalle importante es la presencia de verdaderos tenores y músicos retirados en el film.


Hay que ver Quartet porque se muestra como un oasis de ternura y simpleza dentro de nuestra cartelera.  Es una de esas películas que terminan por inspirar y que hacen que una sonrisa se apodere de quien acaba de verla. Totalmente recomendable.

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