Está pasando casi
desapercibida por nuestras salas Cuatro
Notas de Amor o Quartet (2012),
su título original en inglés. Esta cita cuenta con las actuaciones de
destacados veteranos actores ingleses y es el debut fílmico como director de Dustin
Hoffman.
La trama de Quartet (2012) se concentra en una casa
de retiro para músicos en Inglaterra. En este pequeño sitio de tranquilidad, se
encuentran como huéspedes, cantantes e intérpretes, que alejados de sus
familias, pasan los días de su ancianidad con los miembros de su comunidad
artística.
Durante los
primeros momentos de la cinta, vemos como estas antiguas glorias de la música lírica
y teatral se dedican a revivir sus mejores momentos con ensayos y prácticas que
los mantienen activos. Todos concentrados en una noche de gala donde, al menos
por unos instantes, pueden volver a sentir la juventud y vitalidad que otorgan
los aplausos del público.
Quartet sustenta su fortaleza en el trabajo de sus actores. Es por eso que el
director se toma su tiempo en delinear bien los perfiles de sus protagonistas.
El acierto de la película, es justamente esa naturalidad para presentar a los
cuatro personajes en cuyo alrededor girará el film.
Dustin Hoffman
es probablemente uno de los actores más importantes de la historia del cine.
Con siete nominaciones al Oscar y 2 Premios de la Academia, Hoffman es una de
esas personas que entiende el cine como una forma de arte. Es conocido el
profundo respeto que el pequeño Dustin siente por sus pares actores, pero este
respeto nunca ha quedado más evidente que en el manejo de sus actores en esta
cinta.
La experiencia
de haber sido dirigido por grandes como Mike Nichols o Sidney Pollack (ambos
grandes directores de actores) hace, que como director, Hoffman les permita a
sus intérpretes darle identidad propia a sus papeles. El resultado es la familiaridad
que la audiencia siente con las personas que está viendo en pantalla.
Quartet es una cinta que no tiene un relato complicado ni espectacular. Es por el
contrario, un film que apuesta por la sencillez, que presenta al mundo
artístico no detrás del telón del teatro sino detrás del telón de la vida.
Sentimos empatía por la vejez que se nos presenta, sentimos emoción cuando la
juventud del arte se apodera de las arrugas de estos carismáticos ancianos.
Notable el
trabajo de los actores, sobretodo de Tom Courtenay y de Maggie Smith. Ambas
figuras imponentes del cine y teatro inglés que interpretan a una pareja de ex
esposos que se reencuentra para tener el último chispazo de vida que les queda.
Maggie Smith demuestra que a sus casi 80 años sigue siendo uno de los rostros más
bellos y más talentosos que ha tenido el cine de todos los tiempos.
Las melodías
clásicas de Mozart, Verdi y otros acompañan casi en todo momento el desempeño
de los actores. Son la orquesta perfecta para esta pieza que busca celebrar la
vida. Un detalle importante es la presencia de verdaderos tenores y músicos
retirados en el film.
Hay que ver Quartet porque se muestra como un oasis
de ternura y simpleza dentro de nuestra cartelera. Es una de esas películas que terminan por
inspirar y que hacen que una sonrisa se apodere de quien acaba de verla.
Totalmente recomendable.
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