El interés
de Hollywood por los personajes de comics no es reciente. Las adaptaciones al
cine de estas historias de súper héroes datan prácticamente desde la aparición
de estas figuras fantásticas en la década del 50, en pleno apogeo de la guerra
fría.
Uno de
los más populares héroes es, sin lugar a dudas, Superman. El hombre de acero ha
sido uno de los personajes que más ha llamado la atención del cine y de la
televisión. El primer actor en ponerse el traje azul fue el corpulento George
Reeves. Fue para una serie de tv que estuvo al aire en los años 50 y que consolidó
la fama de la figura de acción.
En el
cine, quizás la cinta más recordada sobre el héroe sea Superman (1978), con el recordado Christopher Reeve en el papel
principal. Superman fue un hito para
su época, con un reparto de primer nivel, fue uno de los títulos más
taquilleros e inicio una serie de secuelas en los siguientes años.
Man of Steel (2013) es el más reciente intento de traer al
cine la historia del personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster. Pero se
trata de un intento bastante fallido. Man
of Steel es una película desordenada, que combina una serie de imágenes sin
mayor sentido, que ambiciona muchas historias sin lograr una sola.
Los
primeros minutos que abordan la historia en Kriptón, son filmados con una prisa
que pareciera que fue hecha contra el tiempo. Los efectos especiales no dejan
de ser impresionantes, pero en la ausencia de una línea narrativa concreta
pareciera por momentos que estamos frente a uno de los episodios de Transformers.
La
premisa del film es mostrar el descubrimiento de Clark Kent de sus poderes,
reconocerse como un extraño en un mundo que lo ha acogido y mostrar el
conflicto de identidad que esto le genera. El director pretende lograr esto con
flashbacks a la niñez de Kent, conversaciones con su padre adoptivo e incluso
con el fantasma de su padre original.
Lo
cierto es que este objetivo no se logra, por el contrario, muchas de estas
escenas caen en el ridículo por lo poco creíble de sus argumentos. Otro
desacierto es que nunca se estructura la trama de acción que busca poner a
Superman frente a sus enemigos y es que el guion pareciera únicamente adaptar
la historia del comic para justificar una serie de secuencias de bombardeo y
desastres sin sentido.
Mención
aparte es el trabajo de los actores, un desperdicio teniendo en cuenta el
reparto de la cinta. Actores de la talla de Russell Crowe, Michael Shannon o
Kevin Costner, demuestran que pueden también dar actuaciones sobrecargadas.
Man of Steel es una mala película y ciertamente una decepción más
en esta temporada de blockbusters que solo demuestran que Hollywood se está
quedando sin ideas; y que desgraciadamente las audiencias tenemos que esperar a
los meses del Oscar para ver buen cine en nuestras salas.
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