Ha muerto Esther
Williams, a los 91 años de edad. La mujer que durante los años cuarenta y
cincuenta fue conocida como la “sirena del cine”. Williams fue una de las
grandes atracciones de la pantalla grande durante los años de la Segunda Guerra
Mundial. En una época, en la que las grandes masas iban al cine para buscar un
escape a los duros momentos que ocurrían a su alrededor. Era, además, el apogeo
del desaparecido Sistema de Estudios, cuando los grandes estudios de cine
tenían bajo contrato desde actores hasta técnicos, formando empresas que
controlaban todo el proceso artístico de las películas.
Quizás el
estudio más grande de esa época y aquel que se jactaba de tener más estrellas
que el cielo, era MGM. Metro Goldwyn Mayer manejaba el mejor sistema de
publicidad para los actores que estaban bajo su dominio. Uno de los rostros que
más fue publicitado fue justamente el de Esther Williams.
La historia de
la actriz es casi digna de un guion fílmico. Campeona olímpica de natación,
Williams era una de las deportistas mejor rankeadas de su país. En 1940,
Williams iba a representar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, pero la
Segunda Guerra Mundial motivó a la cancelación de esos comicios.
Fue en ese
momento, que un cazador de talentos vio a la joven nadadora y le ofreció hacer
una prueba para la pantalla grande. Williams aceptó y en ese momento nació una
estrella. En 1942 hace su debut fílmico como el interés amoroso de Mickey
Rooney una de las películas de su serie de Andy Hardy.
Louis B. Mayer,
el jefe de la MGM, vio el potencial de Williams y aprovechó su destreza para el
nado usándola en innumerables números musicales que incluían natación. Williams
se convirtió en el rostro de su propio sub-genero de películas, los musicales
acuáticos. Estos eran grandes producciones
que incluían el uso de piletas, piscinas, decorados en el agua y un
inmenso uso de extras. El espectáculo visual en muchos casos bordeaba con el
exceso, pero era el mundo de fantasía que la audiencia buscaba en el cine.
La propia
Esther Williams alguna vez dijo sobre
sus películas, “eran la misma historia, el estudio solo cambiaba a mi
protagonista masculino y el agua de la piscina”. Es cierto que Williams carecía
de la vena dramática de una Greer Garson o de Katharine Hepburn; pero nadie
puede dudar del carisma de esta actriz que hizo gran parte de su carrera bajo
el agua.
Dentro de esta
época resaltan algunos títulos como Bathing
Beauty (1944) con el hilarante Red Skelton, Thrill of Romance (1945) junto a Van Jhonson, la súper producción Ziegfeld Follies (1945) y los dos
títulos que representan el culmen de la carrera de Williams, Take me Out to the Ball Game (1949) con
Gene Kelly y Frank Sinatra, y la taquillera Neptune’s Daughter (1949) con Ricardo Montalbán.
En la década del
50, la fórmula de los grandes musicales empezó a gastarse. La gente buscaba
nuevas cosas en el cine y a pesar de intentos por hacer roles dramáticos, la
carrera de Williams nunca salió del estereotipo de la belleza nadadora. La
actriz se retiró del cine en 1960 y nunca volvió a aparecer en película alguna.
A pesar de esta
presente en homenajes a la época dorada del cine, Williams vivió un retiro
alejado de la industria. Sin embargo, su cantidad de seguidores ha crecido con
los años y el brillo de su estrella no ha desaparecido. Una figura inolvidable
de la mejor época del cine. Descansa en paz, Esther Williams.
Esther Williams en su traje de baño y junto a Tom y Jerry en una foto publicitaria de MGM. |
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