Adam Sandler
debe ser una de las figuras más exitosas del cine reciente. Se trata de un
comediante que despierta el odio de la crítica más aguda pero que sin embargo
logra atraer grandes masas a las salas de cine. Sandler saltó a la fama luego
de destacarse dentro del reparto de Saturday Night Live, ese viejo nido de
comediantes en Nueva York.
La
primera película de Sandler fue Billy Madison
(1995) donde el cómico ya mostraba los elementos que seguirían sus
siguientes trabajos. Se trataba de un humor adulto, con matices políticamente
incorrectos que buscan romper con las imágenes de los estereotipos del sueño
americano. Es además un humorista que busca dirigirse y hablar de una clase
trabajadora en oposición a una clase dominante. El propio lenguaje que usa Sandler
es el de un cómico de la calle, que explota humorísticamente la vulgaridad
popular adquirida culturalmente por la televisión y otros medios de comunicación.
Pero Adam
Sandler es también un actor que en ocasiones busca evolucionar como intérprete
y apuesta por proyectos interesantes, dentro de los cuales destacan Punch Drunk Love (2002) de Paul Thomas
Anderson, Funny People (2009) de Judd
Apatow y en cierta manera 50 First Dates
(2004) con Drew Barrymore. Sin embargo, la mayoría de cintas protagonizadas
por Sandler retoman la fórmula original de lo aberrante.
Click (2006), You don’t
Mess with the Zohan (2008), Jack and
Jill (2011) y That’s my Boy (2012)
son en simples palabras trabajos de mal gusto que pueden conseguir una risa en algún
momento pero que en general convierten a la comedia en algo grotesco.
Grown Ups 2 (2013), título original de Como si Fueran Niños 2, es
la primera secuela en la que participa Sandler y su compañía de actores. La
cinta busca repetir el éxito de Grown Ups
(2010) la cual mezclaba tanto el humor picante con la comedia familiar. En
ambos trabajos Sandler busca atraer todo tipo de audiencia, de todas las edades
y todos los gustos.
Y ese es
el problema con Grown Ups 2, que
busca ser muchas cosas a la vez y no consigue un resultado compacto. La fórmula
de mezclar el humor masculino más descarado con cierta moraleja familiar
resulta por momentos, agotadora y saturante. Es cierto que por instantes la
historia consigue risas e incluso carcajadas, pero pareciera que estamos ante
un film que nos tiene que hacer cosquillas para reírnos en ocasiones.
Grown Ups 2 no llega a caer en el exceso de otras cintas de Sandler
ya mencionadas pero tampoco se diferencia de lo destacable del trabajo del
actor. Es cierto que volvemos a ver al equipo que siempre trabaja para la
productora Happy Madison, de la cual Sandler es dueño y muchos de los rostros
nos resultan familiares, pero eso no es suficiente para mantener la película.
La
nostalgia que era el elemento esencial en la antecesora, es dejada de lado por
el abuso de gags y una historia con muy poco sentido hacia el final.
Seguramente el éxito en la taquilla está asegurado dado que muchos buscan
justamente entretenimiento y reírse sin necesidad de mayor argumento.
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