Tenemos
en nuestra cartelera Elysium (2013),
una de las cintas con mayor expectativa de este año. El film se encuentra
dirigido por Neil Blomkamp de quien ya habíamos visto la muy interesante District 9 (2009).
Muchos
elementos que vemos en Elysium, ya
habían sido explorados por Blomkamp en ese anterior film. En ambas cintas, se
muestra un escenario futurista catastrófico, donde las diferencias sociales se
han agudizado y el mundo está al borde del colapso. El estilo narrativo del
director mezcla el documental televisivo con la versión propia de los
protagonistas, busca ahondar en historias humanas dentro de un ambiente de
realismo fatalista.
Blomkamp
no apuesta por una fantasía basada en grandes efectos visuales, ni escenarios
sacados de un cuento de ciencia ficción sino más bien por la radicalización de
elementos que podemos ver en estos días. Mientras que en District 9, vemos un apartheid donde los alienígenas viven aislados
y dominados por los humanos; en Elysium
vemos la ciudad de Los Ángeles abarrotada de migrantes latinos que han
superpoblado la ciudad.
El tema
de la sumisión por parte de los grupos de poder a costas de los menos
favorecidos vuelve a estar presente en Elysium.
Ya no se trata de empresas creadoras de tecnologías de la destrucción como en District 9, sino más bien de un mundo
artificial en el espacio, creado exclusivamente para gente con dinero que ya no
encuentra necesario vivir en nuestro planeta.
En el
tiempo del film, la Tierra se ha convertido en un gran gueto donde como en Casablanca (1943), todos sueñan con el
viaje a la tierra de los sueños. La película acierta en los primeros minutos en
mostrar un mundo donde la justicia la administran robots, donde los prejuicios
ya no son humanos sino tecnológicos, una sociedad que no ha logrado desterrar
el trabajo abusivo y donde las oportunidades solo se dan a quienes pueden pagar
por ellas.
El
director también presenta el ambiente de perfección que existe en el Elysium,
este satélite inmenso que parece haber sido sacado de una revista de bienes
raíces de nuestros días, donde no existe la enfermedad pero donde el poder
sigue siendo el gran elemento de división.
El héroe
de Blomkamp vuelve a ser un incomprendido. Mientras que en District 9, Sharito Copley interpretaba a un noble experimentador
que se ve contaminado con el ADN de los alienígenas y termina dirigiendo una
verdadera revolución. En Elysium, Matt
Damon interpreta a un ex convicto que sueña con dejar la Tierra, es un hombre
que busca la redención a través de una segunda oportunidad. Su formación entre
monjas lo ha convertido en un hombre de buen corazón que no ha tenido suerte en
la vida. A pesar de querer entrar en el molde de lo bueno, el mundo corrupto no
lo deja y lo termina por abrazar por completo.
Para
lograr su cometido, el papel de Damon tendrá que mutar en un semi robot, luchará
contra sicarios que actúan en nombre del gobierno distante y se verá obligado a
sacrificarlo todo. El sacrificio termina convirtiéndose en la característica
principal de los héroes de las cintas de Neil Blomkamp.
La
comparación entre ambas películas es inevitable, dado que las premisas
principales de la trama se repiten. La diferencia entre ambos trabajos viene en
el desenlace que le da el director a sus historias. Mientras que en District 9 parece que la injusticia y
la incomprensión resultan victoriosas, en Elysium
el final se manipula hacia la victoria de los rebeldes.
Hacia la
última parte del film, se puede sentir un tono demasiado condescendiente con
los protagonistas que le resta realismo a la fantasía que ha sido creada. Una película
que ha funcionado bien en casi sus tres cuartas partes, termina por convertirse
en previsible.
Hay que
destacar el estilo visual de Elysium,
el cual usa slow motion para las escenas de acción, mezcla los planos generales
con visiones desde la computadora como si de videojuegos se tratara, genera
emoción apostando por secuencias sorpresa, no se guarda imágenes fuertes que
refuerzan la trama y mantiene el ambiente de saturación que se trata de impregnar.
No hay
duda que Neil Blomkamp es un director que promete mucho, interesado en temas de
división social y de caos futurista; es también un buen narrador, puesto que Elysium mantiene la adrenalina durante
casi toda su duración, pero que cede hacia un relativo facilismo.
Elysium no deja de ser una película interesante y dentro
de lo que actualmente tenemos en cartelera, de lo más recomendable. Otra
muestra que se puede trabajar en un cine de género con un estilo propio.
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