Desde hace unos días tenemos en
nuestras salas de cine, Before Midnight
(2013) el último capítulo de la historia de amor que empezara con Before Sunrise (1995) y que continuara Before Sunset (2004). Las tres entregas
de esta saga romántica han sido dirigidas por Richard Linklater y
protagonizadas por Ethan Hawke y Julie Delpy. El trío también ha escrito el
guion de la trilogía.
Hawke es Jesse, el estadounidense que
conquista a Celine en un viaje a Europa marcado por el desamor. Celine,
interpretada por Delpy, es una abogada ambientalista, una abanderada de la
independencia femenina que no puede resistirse a los encantos del complicado y
tierno Jesse.
Before Midnight repite la fórmula de su
predecesora y nos va contando de a pocos cuales fueron los hechos que
ocurrieron desde la última vez que vimos a la pareja en la pantalla. El tiempo
transcurrido entre film y film es el mismo que pasa en la ficción de esta
historia de amor.
Tanto Before Sunrise como Before
Sunset tuvieron finales abiertos, donde no sabemos que es lo que ocurre con
nuestros protagonistas. Before Midnight
parte de ir respondiendo las preguntas que tenemos quienes vimos el final de la
última entrega de la saga en el 2004. Después de una escena entre Jesse y su
hijo, ya convertido en casi un adolescente, sabemos que el escritor sigue con Celine.
Ambos se han convertido en padres de unas gemelas y se encuentran frente a las
dificultades cotidianas de toda relación que ha durado tanto tiempo.
En Before Midnight vemos como Linklater nos sumerge en la intimidad de
esta pareja que ha compartido varios momentos juntos, los jovencitos turistas
de Before Sunrise se han convertido
en dos cuarentones presos de las decisiones del mundo maduro. La cinta es una
historia de amor pero está lejos de los moldes hollywoodenses que pretenden
mostrar una relación sencilla o llena de felicidad. El retrato del amor que
vemos es realista, por momentos desolador, confrontante, sin embargo no deja de
ser tierno como Jesse trata de llamar la atención de su Celine, o como ella a
pesar de todo no puede resistirse a entregarse a su Jesse.
Mientras la historia va avanzando,
nos vamos enterando que nuestros amantes nunca se casaron, que la sombras de la
desconfianza los han perseguido mucho tiempo, que ella no conoce a la familia de
él, que ambos no han podido terminar de renunciar a sus propias personalidades;
que el amor es un concepto que se va construyendo en cada paso y no una
realidad de cuento de hadas.
El director Richard Linklater nos
desnuda lo que pasa entre las cuatro paredes del cuarto de Jesse y Celine. La cinta
solo transcurre en cuatro escenas largas y llenas de diálogos extensos,
profundos, que van al pasado, que plantean dudas y que en algunos momentos
ocasionan estallidos emocionales. En la primera escena larga nuestra pareja
maneja del aeropuerto a la casa donde están pasando las vacaciones, la conversación
es tensa, el plantea la posibilidad de volver a usa y ella se atormenta por la inevitabilidad
del fin de la relación.
En una segunda escena, ambos
comparten con otras parejas la mesa. Es un diálogo de aprendizaje, donde
distintas edades y generaciones comparten sus propias visiones del
enamoramiento. Se habla de sexo pero también se habla de muerte. En la tercera
escena, Jesse y Celine van caminando por este pueblo griego que parece haberse
estancado en el tiempo. Ambos coinciden que su relación es una burbuja donde no
hay crisis, no hay turistas, solo ellos dos. La cámara siempre está frente a
ellos, como demostrando que el camino recorrido es un elemento poderoso para
mantenerlos juntos, en pocos momentos la cámara se pone detrás de los
caminantes quizás insinuando que no hay mucho camino adelante.
Finalmente, está la escena del clímax
en el cuarto del hotel, una habitación que refleja la inevitable presencia de
lo cotidiano en esta relación. Ya no pueden escapar a sus problemas, los
persigue hasta en su deseo de volver a la juventud. Celine se ha convertido en
una mujer con unos kilos de más, con un rostro que refleja los años de trabajo
y sacrificios, cuya belleza radica en una plenitud de su personalidad y ya no
en la frescura de la aventura. Jesse también ha envejecido, su intento de
vestirse juvenilmente no esconde su mirada de preocupación, la barba que antes
pintaba tonos rojos ahora pinta canas grises, tiene miedo de ser un padre
ausente y sabe que su legado no serán sus libros sino su familia.
Before Midnight es una película maravillosa,
la imagen resalta prudentemente la preciosa villa griega donde están los
personajes, pero no deja de centrar su atención en ellos. Todos los elementos
tienen un significado dentro de la vida de Jesse y Celine, el guion está
perfectamente construido, de manera tal que la cinta puede ser vista varias
veces y tener impactos distintos en la audiencia, incluso para aquellos que no
han visto las dos precuelas del film. Este guion merece una nominación al Oscar
definitivamente.
Las actuaciones de Ethan Hawke y Julie
Delpy son acuciosas en ser naturales. No existen exageraciones sino más bien
dos personajes introspectivos. Sobre todo la actuación de Julie Delpy es
impresionante, sin temores, cruda y acompañada de un encanto que se convierte
en el centro de la historia.
En una cartelera llena de películas con
fantasmas, zombies, muertos y demás espectros; Before Midnight se convierte en la mejor opción para ver una película
interesante. De lo mejor que he visto este año. Totalmente recomendable.
5 de 5.
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