Siguen llegando a nuestras salas de cine distintas secuelas de franquicias hechas en Hollywood. Después de la decepcionante presencia de superhéroes y películas de acción, se estrenó la semana pasada la animada Mi Villano Favorito 2.
Despicable Me 2 (2013), su título original en inglés, parte de
la trama dejada por su predecesora Despicable
Me (2010), en la cual el amor de unas niñas huérfanas convierte a un
villano en un padre amoroso. Al inicio de la cinta vemos al protagonista, el
calvo Gru, convertido en una devota ama de casa. Ayudado por sus infaltables
minions, Gru se las agencia para ser el entretenimiento en la fiesta de su
pequeña Agnes y es capaz hasta de vestirse de princesa para lograrlo.
Luego de
descubrir que Gru y sus nuevas hijas han dejado la acción para convertirse en
una familia corriente, conocemos a la nueva protagonista femenina de la
historia. La agente Lucy Wilde secuestra al nuevo padre de familia para pedirle
que se una a la AVL y los ayude a atrapar al ladrón de un peligroso suero. La película
girará en torno a esta aventura la cual encontrará en el camino el primer amor
de Margo, las travesuras de Edith y Agnes, la atracción entre Gru y Lucy; y los
divertidos servicios de los minions.
Mi Villano Favorito 2 a diferencia de otras secuelas animadas
plantea una historia sencilla. La trama en ningún momento se complica demasiado
ni se sobrecarga. Por el contrario, el ritmo de la cinta es ligero y
disfrutable. La acción se concentra en las figuras principales, sin crear
demasiados personajes en la historia.
Pero, en
la gran tradición animada del cine clásico de Disney, con Despicable Me 2 ocurre que los seres secundarios son el verdadero
corazón de la película. Los minions son para Gru, lo que los 7 enanitos eran
para Blanca Nieves en Snow White and The
Seven Dwarfs (1937) o Pepe Grillo era para Pinocho en Pinochio (1942). Su presencia aporta ternura y a la vez el toque de
picardía que es necesario para que el humor sea balanceado.
Los
minions son graciosos en sus travesuras, reflejan una personalidad propia,
manejan un lenguaje único y se convierten en el verdadero hilo conductor del
film. Así como The Lion King (1994)
no sería la película que es sin Timón y Pumba o Aladdin (1992) sin el genio, Despicable
Me 2 caería en el tedio sin la presencia de estos amarillos seres.
Si bien
es cierto, Despicable Me 2 se aleja
del humor algo más complejo y arriesgado de su predecesora, el resultado final
es un film entretenido y familiar. No hay que esperar una nominación al Oscar
como Mejor Cinta Animada, pero es una buena opción para un momento de risas
blancas.
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