Desde
hace unos días se encuentra en nuestra cartelera la esperada Titanes del Pacífico o Pacific Rim (2013), su título original
en inglés. Se trata de una cinta que suscita expectativas puesto que se
encuentra dirigida por el mejicano Guillermo Del Toro, quien ya nos entregó los
dos interesantes capítulos del demonio rojo en Hellboy (2004) y Hellboy 2
(2008). Del Toro además dirigió la excelente El Laberinto del Fauno (2006), una de las mejores películas de la
década pasada y que lo consagró como un nuevo rostro en el cine de fantasía.
Del Toro
es un director formado en las aulas, que conoce el cine como una disciplina a
la cual le aporta su propia pasión. Se puede decir que es uno de esos rostros
que aún apuesta por un lenguaje de autor en cada uno de sus trabajos. El hecho
que sus películas sean casi todas cintas de género, no impide que sean trabajos
que destacan de las demás de su grupo.
En Pacific Rim, existen varios momentos
que nos recuerdan a muchos momentos del cine del pasado. Pero fundamentalmente
estamos ante una cinta que busca emular esas antiguas películas japonesas que
mostraban grandes monstruos destruyendo ciudades. De films como esos de donde salió
Godzilla y esos grandes robots que después darían el salto a la televisión
mundial.
La
inspiración de Del Toro proviene de ese cine asiático que mezclaba las
situaciones de catástrofe más absurdas, casi todas inspiradas en los eventos
causados por la radiación existente luego de la explosión de Hiroshima. Y así,
como en esos títulos, las desgracias son enfrentadas con el heroísmo de los
rebeldes que trabajan al margen de un gobierno cerrado y prepotente.
Pacific Rim es una película que busca atraer grandes masas
pero trabajando en una premisa de cine de género. Cometido que consigue gracias
a la no saturación de sus imágenes, al cuidado que se le da al relato, a la
importancia de los personajes humanos. No tenemos efectos especiales que justifican
la existencia de Transformers, sino que los robots son armas de la humanidad.
Pero no
solo estamos ante una película de robots y monstruos inmensos, sino que también
se muestra una aventura de sobrevivencia humana en paralelo, donde están
presentes todas las razas e identidades, que trabaja con un mercado negro de
piezas de monstruo y donde se construyen grandes murallas como se construían
los rascacielos de Nueva York hace casi 100 años.
Si bien
es cierto al final, Pacific Rim pierde
algo del interés inicial y su ritmo se torna un poco más lento y bastante más
increíble. Después de las más de dos horas de duración, nos llevamos la
sensación que hemos visto un trabajo distinto a la gran mayoría de decepciones
que hemos visto en los últimos meses.
Interesante
trabajo de Guillermo Del Toro, que vuelve a demostrar que se puede hacer cine
para las grandes audiencias de manera correcta y respetando el lenguaje
fílmico. Pacific Rim es de lo mejor
de esta temporada de estrenos, hay que verla de todas maneras. Recomendable.
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