martes, 11 de febrero de 2014

Blue Jasmine



 En medio de la controversia suscitada por las acusaciones de abuso del hijo adoptivo de su ex pareja Mia Farrow, se estrena la más reciente película de Wood Allen, Blue Jasmine (2013). La película cuenta la historia de Jasmine, una mujer de la alta sociedad neoyorquina que se ve obligada a recurrir a su hermana en San Francisco, después que su esposo ha causado la bancarrota de sus negocios por distintas estafas.

Durante la cinta, veremos como estas dos hermanas se relacionan, entre peleas y comentarios agudos, como son cómplices por momentos pero que nunca renuncian a las identidades que las han diferenciado siempre.

Woody Allen es uno de esos directores que ha sabido mostrar de manera brillante en el cine las relaciones entre mujeres. En una época de escasez de personajes femeninos interesantes, Blue Jasmine presenta dos papeles con matices, que por momentos causan simpatía y en otros cierto recelo, pero que comprimen una realidad que es muy fácil de reconocer.

En Blue Jasmine, Wood Allen vuelve a ese cine con una perspectiva íntima, donde la mayoría del relato se realiza dentro de un hogar, donde los lazos familiares son los que llevan toda la cinta. La Jasmine que diseña Allen, es una mujer nerviosa, cuya lucha es tanto de identidad como con sus propios recuerdos, no deja sus poses de superación bajo ninguna circunstancia y tiene claro que su destino en la vida debe ser aquel que sus fantasías han creado. La influencia de Blanche Dubois, ese trágico personaje femenino creado por Tennessee Williams  en Un Tranvía Llamado Deseo y que fue interpretado por Jessica Tandy en el teatro y por Vivien Leigh en el cine, es más que evidente.

Blanchett brilla como Jasmine, se merece el Oscar y todos los premios que ha ganado por este trabajo

Jasmine no es un personaje simple y su complejidad es interpretada de manera brillante por Cate Blanchett. La actriz australiana asume desde la piel tanto la neurosis como la elegancia de la socialité. La vulnerabilidad que tiene la actuación de Blanchett rompe por completo con esas actuaciones acaparadoras que estamos acostumbrados a ver. No cabe duda que la actriz crea un personaje perfecto, totalmente identificable y que presenta una humanidad casi dolorosa.

El contrapeso perfecto de Jasmine lo da la inglesa Sally Hawkins interpretando a su hermana Ginger, una mujer que conoce sus limitaciones, con una mediocridad que se opone a la opulencia que ambiciona su hermana. Ginger es para jasmine lo que Stella Kowalski era para Blanche Dubois en la conocida obra de Williams.

Con un guión logrado, una narración relajada, una puesta en escena sencilla al mejor estilo de un director que apuesta por relatar cuentos personales y no grandes historias; Blue Jasmine es una película entretenida que logra la empatía entre su relato y la audiencia. Hay que verla sobre todo para disfrutar la actuación de sus actrices, la Blanchett es el bolo fijo para el Oscar a Mejor Actriz. Recomendable.


4 de 5


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